Pese a que los incidentes con tiburones en el Mar Mediterráneo son realmente escasos, lo cierto es que se dan. Las cifras oficiales hablan de 23 ataques documentados de tiburón blanco entre 1907 y 2006 – 11 de ellos fatales. Según Iberianature, hay dos ataques registrados en España durante el siglo XX. El primero sucedió en 1986, cuando un windsurfista fue mordido en la pierna, que sufrió graves heridas y que finalmente le fue amputada. Se cree que este tiburón era un Gran Blanco (jaquetón – Carcharodon carcharias).
Más tarde, en 1993, se dio un segundo ataque, cuando un nadador recibió la visita de un “tiburón pequeño y delgado de dos metros de longitud” que le mordió en un pie haciéndole perder varios dedos, aunque la identificación del escualo en este caso no está clara. Como vemos la posibilidad de encontrarse con un Tiburón blanco en aguas del concurrido mar Mediterráneo es escasa, pero no imposible. Otra cosa es que estéis en Tarifa, en aguas Atlánticas, donde los windsurfistas dicen verlos de tanto en tanto.
El suceso más recordado con esta especie en aguas españolas tuvo lugar hace casi 15 años en Tossa de Mar, Gerona, donde el 17 de noviembre de 1992, el mar arrojó a las costas el cuerpo agónico de un ejemplar macho de considerables dimensiones (casi 5 metros y 1.000 kilos de peso) al que según los habitantes locales, se había podido apreciar, herido y agonizando en las costas, ese mismo día. El caso fue silenciado por las autoridades temerosos de que la imagen de aquel Gran Blanco sobre las arenas de la turística villa desatase el pánico y afectase a la temporada veraniega del año siguiente. Afortunadamente, pese a que la guardia civil retiró a toda prisa, con una grúa municipal, el cadáver del animal, al día siguiente los chicos de MarineLand en Palafolls pudieron localizarlo en un vertedero tierra adentro, donde pudieron examinar el cadáver. Lamentablemente se encontraba en muy mal estado a causa de las urgencias del “delicado” transporte, y tal y como puedo leer en Iberianature, los biólogos afirmaron que se perdieron datos muy valiosos.
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